Objetivos

Nuestros objetivos generales son:

1. Estudio de la casa y sus espacios: tipologías, denominación y usos

Hay dos aspectos que nos interesan sobremanera, por un lado el análisis diacrónico en una misma vivienda. La casa se vive y por ello tiene transformaciones, y a veces en pocos años, y cuando analizamos lo que queda de ella debemos asumir que solo podemos reconocer una mínima parte de toda la historia que albergó entre sus paredes. Por otro, poner en común la denominación y usos de los espacios en las diferentes áreas geográficas de estudio.

Al hablar de denominaciones en este objetivo general queremos incidir en la necesidad de llevar a cabo un glosario de espacios en el interior de la vivienda. Partimos de “glosas”, o palabras difíciles que son necesarias explicarlas, de tal modo que la Real Academia de la Lengua Española entiende por glosario un catálogo de palabras de una misma disciplina, de un mismo campo de estudio, definidas y comentadas. No se trata de un simple vocabulario o listado de palabras relativas a los espacios de la casa sino de definir y estructurar los significados que ha tenido un determinado nombre. Por ello el aporte de filólogas avezadas en la materia de la casa y los ajuares de esa época es fundamental, tal como tenemos en el equipo de investigación.

2. Distribución de los espacios. Emociones generadas según procedencia social, edad y género

El estudio de las casas a partir de documentos como los inventarios notariales nos permiten reconstruir las viviendas existentes, su distribución de espacios, los ajuares que contenían y su funcionalidad; podemos recomponer la vida que se desarrollaba en su interior, tanto familiar como de trabajo. Por ello trabajaremos sobre las denominaciones y sus descripciones, teniendo en cuenta la relación y lugar que ocupa con respecto al resto de la vivienda. Es indudable que existieron particularidades dentro de la casa a lo largo de los siglos XV y XVI que llevaron a definir espacios asignados específicamente a las mujeres. De igual modo, hemos detectado la referencia a los menores en el hogar así como de personas de avanzada edad o enfermas que debieron cambiar de planta o bien adecuar la casa a esa nueva situación.

En este objetivo abordamos aspectos como situaciones afectivas o bien de sumisión y esclavitud con respecto a menores hasta otros hábitos que van asociados con diferentes emociones, como la muerte. Los ámbitos domésticos fueron escenario de todo tipo de acontecimientos del ciclo vital: partos, nacimientos y decesos tenían lugar en la zona más “privada” de las viviendas, las alcobas.

Para la época que abordamos es evidente que no solo nos podemos referir al buen cristiano. Contamos con arabistas y hebraístas que nos van a permitir acercarnos a esa complejidad cultural que se vivió durante el XV y que siguió presente en diversos modos de hacer y vivir la casa durante el siglo XVI.

3. El sitio y sentido de las cosas en la casa: los ajuares

Entre los ajuares nos encontramos con cosas heredadas, otras adaptadas, algunas nuevas y por lo general necesarias para la vida cotidiana no sólo en el hogar, sino en los talleres artesanales, en los pequeños comercios y en determinadas actividades que tenían lugar en la casa. Algunos inventarios muy minuciosos nos permiten saber el sitio de las cosas.

Estos objetos nos van indicando el sentido que adquirieron y con ello volvemos a entrar en el mundo de las emociones. Pensemos en la apropiación religiosa del espacio doméstico que por medio de la práctica religiosa en casa, y sobre todo con objetos como imágenes y reliquias, recordaba la piedad y devoción. En otros casos los objetos recordaban el honor y la nobleza de un linaje de ahí que fuera necesario exponer piezas valiosas pero en otras un sencillo almirez y el modo de usarlo nos muestra hábitos o modos aprendidos que evocaban un modo cultural que fue enseñado por sus antepasados.